🍃 Respirar

Respirar es aprender a habitar la ansiedad sin dejar que te devore. Es reconocer que a veces el aire se siente corto, que el pecho aprieta y que la mente corre más rápido de lo que puedes seguir. Y, aun así, darte permiso para quedarte.

La ansiedad no es un enemigo que deba desaparecer para siempre. Es una señal, un aviso de que dentro hay algo que necesita ser escuchado. Esta etapa no busca eliminarla a la fuerza, sino enseñarte a acompañarla con paciencia, a atravesarla sin miedo.

Respirar es elegir no luchar contra lo que sientes, sino sostenerlo con ternura. Cada inhalación es un recordatorio de que aún estás aquí; cada exhalación, un espacio donde soltar lo que pesa. Poco a poco, descubres que la ansiedad pierde poder cuando la miras de frente y le ofreces calma en lugar de resistencia.

No necesitas una respiración perfecta, solo un momento real de pausa. Porque cada vez que eliges respirar conscientemente, abres un resquicio de paz en medio de la tormenta. Respiras y, por un instante, el mundo deja de girar tan rápido. Respiras y recuerdas que el miedo no te define.

Esta etapa es un refugio: un volver una y otra vez al único lugar donde la ansiedad no puede arrebatarte la vida entera, el presente. Aquí, ahora, contigo.